En esta página se encuentra una lista de los principales mitos falsos y falsas noticias, sobre el tema transgénero.
Muchas personas transgénero no muestran malestar con sus características sexuales (es decir, los rasgos físicos que distinguen a los hombres de las mujeres) y tienen una relación serena y armoniosa con su cuerpo.
Las personas transgénero suelen situarse de forma continua entre los polos femenino y masculino en una perspectiva que considera que lo masculino y lo femenino no están tan diferenciados entre sí. Algunas personas transgénero pueden limitarse a elegir ropa y accesorios típicos del otro género, mientras que otras optan por someterse a un tratamiento hormonal para acercar su cuerpo a su identidad de género percibida, recurriendo incluso a la cirugía. La identidad de género puede no depender de la apariencia física o de los procedimientos médicos, sino que puede ser una experiencia subjetiva y psicológica relacionada con sentirse hombre, mujer u otro. Los caminos que siguen las personas transgénero son variados y es esencial no pensar en términos de categorías preestablecidas, sino escuchar y apoyar a las personas en su proceso. Las distintas etapas del proceso de afirmación de género son una fase crítica de la vida en la que las personas más cercanas (padres, hermanas, hermanos, amigos, amigas, enamoradas, enamorados) pueden tener un profundo efecto en el bienestar de una persona.
Las personas transgénero y con género no conforme siempre han existido. Los cambios en el clima cultural, la mayor aceptación de la diversidad y la mayor disponibilidad de información sobre este tema simplemente los han hecho más visibles.
Se ha argumentado repetidamente que las personas transgénero viven en un estado de confusión que puede estar causado por factores ambientales (traumas, influencias externas) y que la medicina debería “curar” esta confusión haciendo que la persona vuelva a coincidir con su sexo biológico. La literatura científica, sin embargo, no ha demostrado una relación entre las condiciones familiares o los acontecimientos vitales adversos y la génesis de la variación de género, que en muchos casos comienza a aparecer en temprana edad. Por otra parte, las llamadas terapias reparadoras, que consisten en animar a la persona transgénero a tener un rol de género acorde con su sexo biológico, no han demostrado ninguna eficacia; al contrario, además de fracasar en su propósito, pueden provocar graves efectos negativos como ansiedad y depresión, agravados a veces por tendencias suicidas.
Bibliografía
Coleman E, Bockting W, Botzer M, et al. Standards of Care for the Health of Transsexual, Transgender, and Gender-Nonconforming People, Version 7. International Journal of Transgenderism. 2011; 13:165–232.
Al interactuar con una persona transgénero, el uso del pronombre y del nombre elegido por la persona es extremadamente importante. Incluso durante el proceso de afirmación de género es crucial referirse al femenino, al masculino o al neutro (o a una combinación de estos términos) según el sentimiento profundo del interlocutor. Varios estudios demuestran que el uso del pronombre elegido por la persona se asocia con menores niveles de ansiedad y de depresión. Para algunas personas cisgénero, la decisión de cambiar el pronombre (o su nombre) puede parecer poco útil o simplemente un “capricho”, pero en realidad no es así: los efectos sobre la autoestima y el bienestar psicológico son muy significativos porque comunican respeto, una escucha sincera y promueven un sentimiento de autenticidad en la persona transgénero.
Cuando hablamos de identidad de género nos referimos a una experiencia relacionada con el género y no con la sexualidad. Muy a menudo, la atención se centra en la sexualidad de las personas transgénero, en lugar de centrarse en la dimensión de la propia identidad, que es el aspecto más importante del bienestar y de la realización personal. La identidad de género de una persona no nos indica su orientación sexual. De hecho, la identidad de género es independiente de la orientación sexual y las personas transgénero pueden tener cualquier tipo de orientación sexual.
El sexo y el género son dos componentes diferentes que, junto con la orientación sexual y el rol de género, definen la identidad sexual de una persona. En concreto, el término sexo se refiere a las características sexuales biológicas, cromosómicas, hormonales, gonadales y/o genitales con las que nace una persona y, por tanto, se define como hombre o mujer. El término género, en cambio, se refiere a un abanico de terminos que incluye diferentes posibilidades de definición, cuyos extremos están representados por lo masculino y lo femenino.
No hay sólo dos géneros, por lo que muchas personas transgénero se identifican con géneros alternativos, una combinación de masculino o femenino, o ningún género. Por esta razón, por ejemplo, si una persona no se identifica como hombre, no necesariamente se identifica como mujer.
Algunas personas experimentan su identidad de género como algo fluido que, a lo largo del tiempo, puede sufrir cambios y transformaciones.
La condición transgénero no es una enfermedad o trastorno mental. De hecho, en la última versión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) se incluye en el apartado de condiciones relacionadas con la salud sexual.