La incongruencia de género en sí misma no debe considerarse como la manifestación clínica de un trastorno psiquiátrico, sin embargo, el psiquiatra puede ayudar a la persona con incongruencia de género a comprender la angustia que la situación le produce.
La incongruencia de género no debe considerarse como la manifestación clínica de un trastorno psiquiátrico. Sin embargo, en el proceso de afirmación de género que llevan a cabo algunas personas transgénero, también puede intervenir un médico especializado en psiquiatría. También en este caso, para aceptar a la persona se necesita la firma de un consentimiento informado. En particular, el psiquiatra puede colaborar con el psicólogo en el proceso de comprensión del origen del malestar de la persona.
No todas las personas con incongruencia de género experimentan un malestar clínicamente significativo. Sin embargo, muy a menudo (el 70% según algunos estudios), las personas con incongruencia de género tienen antecedentes de depresión o trastornos de ansiedad como el trastorno de pánico o de ansiedad generalizada. El origen de este sufrimiento depende de varios factores. El funcionamiento psicológico puede verse afectado por la transfobia y la transfobia interiorizada. A veces, existe un profundo malestar por el propio cuerpo, que se manifiesta especialmente en relación con aquellas partes anatómicas que recuerdan la pertenencia al género que se le asignó al nacer (por ejemplo, los genitales, el pecho, la barba, el vello, los músculos). Este malestar puede alcanzar niveles de intensidad que llevan a la persona a lesionarse el cuerpo o a iniciar dietas rígidas que pueden simular la presencia de anorexia nerviosa. Para mayor información sobre la anorexia nerviosa, visite ISSalute.it en la sección “Anoressia nervosa”.
El psiquiatra debe identificar las posibles condiciones de sufrimiento y puede sugerir un tratamiento farmacológico para los trastornos psiquiátricos concomitantes (si los hubiera). Muchos estudios muestran una reducción drástica de los síntomas depresivos, del malestar corporal y de las ideas suicidas tras las intervenciones médicas de afirmación de género (cuando el sufrimiento es secundario respecto a la incongruencia de género). Por último, el rol del psiquiatra también sirve para excluir las formas de sufrimiento en las que la angustia manifestada es realmente atribuible a otros cuadros como:
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