Las buenas prácticas se refieren a las experiencias, procedimientos y acciones más útiles y significativas que han conducido a resultados importantes para la mejora de una determinada condición o derecho, aunque todavía no existan leyes de referencia para ese sector.
Por ejemplo, para mejorar la situación de las personas transgénero, es posible llevar a cabo una serie de acciones concretas y prácticas para apoyar sus plenos derechos, su libertad y para facilitar los procesos de inclusión.
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