Las infecciones de transmisión sexual (ITS) son un grupo de infecciones que pueden transmitirse específica o predominantemente durante las relaciones sexuales (vaginales, anales, oro-genitales) a través del contacto con las mucosas genitales, el semen, las secreciones vaginales, la saliva. Otra importante vía de transmisión es la sangre fresca infectada (contacto con heridas o jeringuillas, perforaciones o tatuajes con instrumentos no esterilizados). Las ITS suelen provocar lesiones y molestias en los órganos genitales (pene-uretra, testículos, vulva, vagina), el ano y la zona perianal o la boca, que aparecen desde unos días hasta varias semanas después de la infección. Pueden aparecer como ampollas, úlceras, hinchazón y enrojecimiento, a veces acompañados de dolor local, ardor al orinar e inflamación de los ganglios cercanos a la zona afectada, llamados ganglios linfáticos. En el caso de una ITS, siempre es necesario acudir a un médico para averiguar la causa y para tratarla cuanto antes. En muchos casos, una ITS puede contraerse sin ningún síntoma o molestia, es decir, de forma asintomática: quienes la contraen de este modo pueden seguir transmitiéndola a otras personas con más facilidad que quienes saben que la tienen y la tratan. Por lo tanto, las ITS deben buscarse en todas las personas sexualmente activas, incluso cuando no hay síntomas. Para mayor información sobre las ITS, puede visitar ISSalute.it en la sección “Infezioni Sessualmente Trasmesse”.
El Instituto Superior de Salud pone a disposición de todos los ciudadanos el Teléfono de información sobre el SIDA y las infecciones de transmisión sexual (TV AIDS e IST) 800.861.06, un servicio nacional cofinanciado por el Ministerio de Salud, anónimo y gratuito. Para mayor información, puede visitar el sitio web ISSalute.it en la sección “Telefono Verde AIDS e Infezioni Sessualmente Trasmesse”.
El riesgo de contraer una ITS para las personas transgénero, al igual que para las personas cisgénero, depende de los hábitos sexuales y del conocimiento de la existencia de estas enfermedades. Es más fácil contraer una ITS a través de las relaciones sexuales si no se utiliza un preservativo.
Otras situaciones que conllevan un mayor riesgo de contraer una ITS son:
Para mayor información sobre la infección por VIH, lea la sección específica.
Existen varias pruebas para identificar las distintas ITS, que se prescriben en función de los hábitos sexuales y de los síntomas que la personas pueda presentar. La frecuencia con la que deben realizarse estas pruebas depende de ciertos factores que aumentan el riesgo de contraer estas infecciones: múltiples parejas, relaciones sexuales sin preservativo, relaciones sexuales a cambio de dinero, relaciones sexuales bajo la influencia del alcohol o las drogas.
Cuando se acude a un médico para detectar infecciones de transmisión sexual, se debe especificar:
Algunas infecciones de transmisión sexual (VIH, hepatitis B, hepatitis C, sífilis) se buscan tomando una muestra de sangre. Otras ITS (clamidia, gonorrea e infección por el virus del papiloma humano) se buscan mediante un hisopo y/o un análisis de orina. El hisopo consiste en un bastoncillo con algodón en la punta; se frota sobre la zona de interés (piel o mucosas) y luego se introduce en un tubo con un líquido que mantiene los gérmenes vivos hasta que el laboratorio recibe la muestra para examinarla. Hay hisopos faríngeos, rectales, vaginales y uretrales.
Para mayor información sobre las especificaciones de las ITS mencionadas, visite ISSalute.it en las secciones correspondientes:
El proceso de diagnóstico de las ITS es casi siempre el mismo para las personas transgénero y las cisgénero.
Las personas que se han sometido a una vaginoplastia por inversión peneana o a una colovaginoplastia no tienen cuello uterino (la parte inferior y más estrecha del útero), por lo que la prueba de detección a nivel vaginal (prueba de Papanicolaou) no es apropiada; por el contrario es útil la búsqueda de virus como el del Papiloma a nivel anal. Para mayor información sobre las pruebas de Papanicolaou y el virus del papiloma humano, visite ISSalute.it en las secciones “Pap test” y “HPV - Virus del papilloma umano”. Las personas que se han sometido a una cirugía de vaginoplastia por inversión peneana o a una colovaginoplastia en la que se han utilizado partes de la uretra (la última parte del tracto urinario, el canal por el que fluye la orina) pueden estar sujetas a infecciones bacterianas por Chlamydia y Neisseria gonorrhoeae: en esta población puede ser útil, si existe un alto riesgo de contraer una ITS, buscar estas dos bacterias en la orina (se desconoce la validez de la búsqueda de estas bacterias en el hisopo vaginal de la neovagina). Para mayor información sobre la clamidia y la gonorrea, puede visitar el sitio ISSalute.it en las secciones “Clamidia” y “Gonorrea”. La neovagina también puede ser fácilmente atacada por la bacteria de la sífilis, el virus del herpes simplex o la bacteria de la úlcera blanda o chancroide. Para mayor información sobre la sífilis y el herpes simplex, puede visitar el sitio ISSalute.it en “Sifilide” y “Herpes”. Para la úlcera blanda puede visitar el sitio de la Sociedad Italiana de Andrología y Medicina de la Sexualidad (SIAMS) en el enlace: http://www.siams.info/ulcera-molle/. Para la conformación de la neovagina creada tras la intervención quirúrgica, se puede realizar un examen minucioso utilizando un anoscopio (instrumento tubular que se introduce en el ano para mantenerlo abierto y observar con claridad sus paredes, visualizar las lesiones y, eventualmente, realizar pequeñas operaciones o recoger muestras) en lugar de un espéculo vaginal (instrumento similar al anterior por su finalidad, con una forma ligeramente diferente, que se introduce en la vagina). Las personas transgénero que se han sometido a una vaginoplastia por inversión peneana o a una colovaginoplastia conservan la próstata (la próstata es el órgano encargado de producir parte del líquido seminal, situado entre la vejiga y la última parte del intestino), por lo que hay que tener en cuenta que pueden sufrir, al igual que los hombres cisgénero, infecciones de próstata.
Del mismo modo, las personas transgénero que conservan el útero y los ovarios y mantienen relaciones sexuales vaginales pueden padecer una enfermedad inflamatoria pélvica (un trastorno grave que puede ser consecuencia de la clamidia y la gonorrea). También hay que tener en cuenta que el tratamiento con testosterona puede provocar sequedad, pérdida de volumen y cambios en la forma de la vagina. Por lo tanto, se recomienda el uso de lubricante durante el coito y de pequeños espéculos vaginales durante los controles. Los hombres transgénero que se han sometido a una cirugía de afirmación de género pueden conservar parte de su vagina, por lo que deben someterse a los mismos controles que se sugiere para las mujeres cisgénero.
La prevención primaria de todas las ITS es el uso correcto del preservativo. Para prevenir la infección por el VIH, también existen profilaxis farmacológicas conocidas como PreP y nPEP, sobre las que se puede encontrar más información en la sección “Infección por el HIV”.
También existe una vacuna que garantiza la protección contra algunas ITS. Son las vacunas contra:
En Italia, estas vacunas pueden darse a personas con alto riesgo de infección por ITS, de forma gratuita o a un precio subvencionado, según las indicaciones específicas establecidas por las distintas regiones. Por lo tanto, es importante reconocer el propio estado de salud realizando exámenes de detección tanto de sangre como de hisopos en centros especializados: en los centros de control de ITS existentes en varias ciudades, en los consultorios de Enfermedades Infecciosas de algunos hospitales y en los Check Points (centros territoriales extrahospitalarios de salud sexual, a cargo de profesionales no sanitarios y personal médico, actualmente activos en Bolonia y Milán). Las pruebas de detección de ITS pueden servir para la prevención y, en caso de resultado positivo, para el tratamiento más oportuno y adecuado bajo supervisión médica.
El VIH es el virus que causa el SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), un conjunto de enfermedades infecciosas, cánceres y otras afecciones propias de esta condición en la que nuestras células de defensa contra los gérmenes y los cánceres se destruyen y se vuelven ineficaces. Para mayor información sobre la infección por VIH, visite el sitio ISSalute.it en la sección “VIH-SIDA”.
La prueba del VIH, que debe realizarse y repetirse si es necesario en función del riesgo de infección, se recomienda a todas las personas transgénero y cisgénero sexualmente activas. El riesgo depende de los hábitos sexuales y del tipo de coito (vaginal, anal, oral, receptivo y/o insertivo, con o sin eyaculación), de la ingestión de esperma durante el sexo oral y del intercambio de jeringuillas utilizadas para inyectar drogas en la vena o sustancias de relleno en el tejido subcutáneo. El riesgo de infección por el VIH a través de las relaciones sexuales vaginales receptivas en una mujer transgénero que se ha sometido a una vaginoplastia por inversión peneana o a una colovaginoplastia no se conoce en términos porcentuales, como tampoco se conoce el riesgo de infección por el VIH en los hombres transgénero que se han sometido a una reconstrucción genital masculina como la faloplastia.
Prevención contra la infección por el VIH
El preservativo sigue siendo un pilar en la prevención de la infección por el VIH. Sin embargo, el uso del preservativo puede ser difícil para las mujeres transgénero que siguen una terapia de desmasculinización debido a la reducción de la tumescencia (erección incompleta). El papel de los preservativos en los hombres transgénero que se someten a una faloplastia no se conoce y probablemente depende de la anatomía específica y del enfoque quirúrgico utilizado. Los preservativos “femeninos” pueden ser una opción para las mujeres transgénero que practican sexo vaginal receptivo. Además de estos métodos de barrera, en la actualidad existen otras dos soluciones farmacológicas complementarias al preservativo para la prevención de la infección por el VIH, que son eficaces tanto en personas cisgénero como transgénero. Estas soluciones se basan en fármacos que se utilizan desde hace tiempo en la práctica clínica para el tratamiento de la infección por el VIH, pero que también han demostrado su eficacia para prevenir la infección por el VIH en personas no infectadas (seronegativas):
Para el uso de estos fármacos con esta indicación, es útil remitirse al especialista en enfermedades infecciosas. Para la profilaxis post-exposición tras una relación sexual de riesgo, es necesario acudir a las urgencias de un hospital con servicio de enfermedades infecciosas lo antes posible, y en un plazo de 48 horas.
Tratamiento de la infección por VIH
En caso de infección por el VIH (es decir, si la prueba es positiva), se inicia el tratamiento con fármacos activos contra el virus. Las recomendaciones para el tratamiento de la infección no difieren entre personas transgénero y cisgénero. Cuando la infección por el VIH se diagnostica y se trata a tiempo, la supervivencia y la calidad de vida son muy similares a las de la población general no infectada por el VIH. Existen posibles interacciones farmacológicas entre los estrógenos (hormonas feminizantes que toman algunas personas transgénero) y los medicamentos utilizados en la terapia del VIH. Hay estudios que demuestran que las mujeres transgénero infectadas por el VIH dan prioridad a la terapia hormonal sobre la terapia contra el VIH (es decir, tienden a no seguir la terapia indicada por su médico, poniendo así su salud en grave riesgo). Sin embargo, según los datos disponibles, la mayoría de las terapias contra el VIH pueden utilizarse de forma segura en personas que toman estrógenos: es importante informar al médico sobre el actual usol a adopción de una terapia hormonal para que éste pueda elegir fármacos que, por un lado, no reduzcan la eficacia deseada de la terapia con estrógenos y, por otro, no reduzcan la eficacia de la terapia contra el VIH. Existen pocos datos sobre las interacciones entre el tratamiento del VIH y las hormonas masculinizantes u otros fármacos utilizados como antiandrógenos para la feminización.
La infección por el virus del papiloma humano es la ITS más común: casi todos los hombres y mujeres se enfrentan a este virus al menos una vez en su vida. La mayoría de las infecciones desaparecen en uno o dos años, pero en algunos casos persisten y causan cáncer. Algunos tipos de VPH pueden causar verrugas externas e internas que, a pesar del tratamiento, pueden volver a formarse, mientras que otros pueden causar cánceres de cuello de útero, de ano y de orofaringe. Se calcula que los hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres tienen cinco veces más probabilidades de infectarse que las personas heterosexuales, y estudios recientes confirman que las mujeres transgénero también corren un alto riesgo de infección por el VPH. Una de las causas de la persistencia del virus del papiloma es la inmunodepresión, es decir, tener las defensas inmunitarias bajas y, por tanto, no poder controlar el virus. Por ejemplo, las personas seropositivas tienen un alto riesgo de contraer cáncer relacionado con el VPH. El diagnóstico se realiza mediante colposcopia (examen que consiste en observar el cuello del útero con un instrumento óptico, llamado colposcopio, que permite observar de forma ampliada) o anoscopia (examen con el que es posible ver la mucosa anorrectal mediante el uso de un instrumento llamado anoscopio) y con la posterior biopsia de la lesión que identifica la presencia y el tipo de VPH. El tratamiento es quirúrgico y consiste en la extirpación de la lesión, aunque también puede reaparecer (el tratamiento quirúrgico se vuelve muy problemático a nivel de la mucosa rectal).
El uso sistemático y correcto de los preservativos masculinos puede reducir el riesgo de infección por el VPH, pero puede no eliminarlo por completo, ya que el VPH puede infectar zonas que no están totalmente cubiertas por el preservativo.
La prevención del VPH se hace mediante la vacunación.
Existen tres tipos de vacunas:
Aunque no hayan pruebas de que ser una persona transgénero sea un factor de riesgo para la hepatitis C, algunos sectores de esta población pueden tener un mayor riesgo. Las tasas de infección por el VIH y de consumo de drogas inyectables son más elevadas entre las personas transgénero, que pueden inyectarse hormonas o rellenos como la silicona bajo la piel. Compartir o utilizar agujas, jeringuillas o viales contaminados es un factor de riesgo de infecciones causadas por microbios transmitidos por la sangre, incluido el virus de la hepatitis C. Las jeringuillas estériles deben utilizarse siempre una sola vez sin compartirlas, y esto se aplica tanto a las personas transgénero como a las cisgénero.
La hepatitis C no es en sí misma una contraindicación para la terapia hormonal. En este caso, puede recomendarse el control de la función hepática (del hígado) a personas que utilicen estrógenos o testosterona. Algunos medicamentos utilizados para tratar la hepatitis C pueden interactuar con los estrógenos y estar contraindicados. Por lo tanto, las personas transgénero que reciban tratamiento con estrógenos deben someterse a estrictos controles.
¿Son seguros los juguetes sexuales?
Sí, son seguros si se utilizan de forma responsable y se limpian después de cada uso, de lo contrario pueden propagar infecciones de transmisión sexual y de otro tipo (por ejemplo, hepatitis A).
Para evitar las enfermedades de transmisión sexual mediante el uso de juguetes sexuales, es necesario:
El riesgo de transmisión de ITS a través del uso de juguetes sexuales aumenta si hay cortes o llagas alrededor de la vagina, el ano o el pene.
Los juguetes sexuales deben ir acompañados de consejos sobre cómo limpiarlos y guardarlos. Hay que seguir cuidadosamente las instrucciones del fabricante, especialmente si el juguete sexual utiliza pilas y tiene piezas que no se pueden lavar.
Hay que comprobar con regularidad que los juguetes sexuales no presenten rasguños o rupturas en el material de la superficie, donde los gérmenes podrían estar presentes y propagarse, ya que esto puede aumentar el riesgo de infección.
Si es alérgico al látex, no utilice juguetes sexuales fabricados con, o que contengan, látex.
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