Las personas que cumplen los siguientes requisitos pueden someterse a una faloplastia:
Aunque no es un criterio explícito, se recomiendan visitas periódicas, acordadas en función de las necesidades individuales, con un psicólogo y/o un especialista médico (por ejemplo, endocrinólogo).
Estos requisitos pueden encontrarse en las publicaciones científicas que figuran en la sección “Bibliografía”.
Cuando se cumplan los criterios necesarios para la intervención quirúrgica (véase más arriba), el interesado deberá:
No es necesario suspender la terapia hormonal.
En general, si se está tomando algún medicamento con prescripción médica, hay que hablarlo con el especialista. Puede ser necesario dejar de tomarlos varios días antes de la cirugía. El tratamiento farmacológico puede reanudarse según el criterio del médico.
La faloplastia utiliza tejidos extraídos de otras partes del cuerpo para dar forma al pene e incluye la posibilidad de implantar prótesis para la erección. Los distintos métodos quirúrgicos consiguen diferentes objetivos, pero también conllevan diferentes consecuencias y riesgos. Es necesario planificar claramente con la persona qué expectativas se pueden alcanzar realmente.
Las técnicas de faloplastia más utilizadas son:
Faloplastia con colgajo pediculato abdominal o suprapúbico o técnica de Pryor
Este procedimiento permite crear un falo de unos 12-14 cm utilizando la piel de la zona abdominal por encima del pubis. Las ventajas de este procedimiento son la rapidez de la intervención (unas 2 horas) y los buenos resultados estéticos. Sin embargo, el falo tendrá una sensibilidad reducida. Al término del primer paso reconstructivo no será posible orinar de pie debido a la falta de un canal urinario. Si se desea, se puede realizar posteriormente una reconstrucción total de la uretra con colgajo fasciocutáneo radial. Después de esta operación serán necesarias un mínimo de otras dos operaciones para crear el escroto, el glande, la extirpación de la vagina y, en una fase posterior, la colocación de la prótesis de pene (inserción en el falo de una prótesis similar a las utilizadas para la impotencia masculina con la posibilidad de hacer que el órgano sea rígido y apto para el coito con penetración). Durante la hospitalización, se administrará una medicación para favorecer el flujo sanguíneo en el interior del falo.
Faloplastia con colgajo antebraquial radial (RFF)
Esta operación es más compleja que la descrita anteriormente. La operación consiste en extraer la piel del brazo (más concretamente del antebrazo) con todos los vasos que la alimentan. El colgajo de piel se utiliza entonces para crear un falo con la uretra en su interior. La faloplastia con colgajo fasciocutáneo radial es actualmente la mejor solución disponible en cirugía reconstructiva genital, aunque tiene (como todos los colgajos reconstructivos microquirúrgicos) un 5% de riesgo de complicaciones vasculares graves (pérdida total del falo). La ventaja radica en el excelente resultado estético, en la posibilidad de orinar de pie y en la mayor sensibilidad del pene que se obtiene. La pérdida de tejido a nivel del antebrazo se cubre con piel extraída de los muslos. Como en el caso de la faloplastia con colgajo abdominal, posteriormente serán necesarias un mínimo de dos operaciones más para la creación del escroto, el glande, la extracción de la vagina y, en una fase posterior, la colocación de la prótesis de pene. Durante la operación se coloca un catéter urinario (una cánula para eliminar la orina) que se retirará al menos 4 semanas después de la cirugía. Hay que tener en cuenta que la reconstrucción total del canal urinario (uretroplastia) conlleva una incidencia considerable de complicaciones (fístulas y estenosis) que pueden requerir una nueva revisión quirúrgica hasta en un 30% de los casos. Durante la hospitalización, se aplica una medicación diaria y se administran fármacos para favorecer el flujo sanguíneo interno. El brazo y el muslo también tienen que ser medicados.
Faloplastia con colgajo anterolateral de muslo (ALT)
Esta operación consiste en extraer la piel del muslo con todos los vasos que la alimentan. El colgajo de piel se utiliza a continuación para crear un falo con la uretra en su interior. La faloplastia con colgajo ALT es una alternativa válida a la técnica con colgajo radial, aunque (como todos los colgajos reconstructivos microquirúrgicos) conlleva un 5% de riesgo de complicaciones vasculares graves (pérdida total del falo). La ventaja sobre la faloplastia con colgajo abdominal radica en el excelente resultado estético, la posibilidad de orinar de pie y la mayor sensibilidad del pene que se obtiene. Sin embargo, la técnica debe ser reservada para pacientes delgados (con tejido graso limitado en el muslo) y sin vello en el lugar de la extirpación (alternativamente, debe considerarse la depilación definitiva antes de la operación). La pérdida de tejido del muslo se cubre con piel tomada del otro muslo. Al igual que en la faloplastia con colgajo radial, se requieren como mínimo dos operaciones más para la creación del escroto, el glande, la eliminación de la vagina y, en una fase posterior, la colocación de la prótesis de pene. En la operación se coloca un catéter vesical (una cánula para eliminar la orina) que se retira después de al menos 4 semanas. Hay que tener en cuenta que la reconstrucción total del canal urinario (uretroplastia) conlleva una incidencia considerable de complicaciones (fístulas y estenosis) que pueden requerir una nueva revisión quirúrgica hasta en un 30% de los casos Durante la hospitalización, se aplica una medicación diaria y se administran fármacos para favorecer el flujo sanguíneo dentro del falo. Los muslos también tienen que ser medicados.
Metoidioplastia
La metoidioplastia consiste en crear un falo utilizando el aumento de volumen del clítoris provocado por el tratamiento con la hormona sexual testosterona. En una sola operación, se elimina la vagina, se crea una nueva uretra (neouretra) y se crea el escroto cerrando los labios mayores. Se pueden utilizar varias técnicas para reconstruir el nuevo canal urinario utilizando tejido local (vulva) o utilizando tejido de la mucosa oral (el interior de la boca). La única finalidad de esta operación es permitir a la persona orinar de pie, aunque con un falo de no más de 4-5 cm de media. Este falo no permite la penetración. La metoidioplastia implica la colocación de un catéter vesical que se retirará al cabo de unos 28 días. La metoidioplastia también puede estar sujeta a una alta incidencia de complicaciones en las vías urinarias (hasta un 30% de los casos), que pueden requerir nuevas revisiones quirúrgicas. No se requieren medicaciones específicas, pero será necesario tratar la herida quirúrgica con desinfectante.
La hospitalización para la faloplastia con colgajo abdominal y metoidioplastia dura unos 4-5 días, para la faloplastia con colgajo antebraquial radial y con colgajo anterolateral de muslo hasta 10 días.
Depende mucho de cada persona. Si se vive muy lejos del centro donde se va a operar, hay que tener en cuenta que es posible que se tenga que tratar en el hospital cada semana durante 2 ó 3 semanas después de la operación. En la mayoría de los casos, se programa un control al cabo de 30-40 días.
Servicio Nacional de Salud (SSN): sin costo/ gratuito.
Práctica privada: a discreción del profesional.
Las intervenciones puramente estéticas (por ejemplo, tatuajes para cubrir heridas quirúrgicas) serán a cargo de la persona.
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